Hola! Hoy es una mañana hermosa en Carolina Del Norte,
perfecta para leer un jueves de testimonio y agradecerle a Dios por su
misericordia. Un poderoso testimonio que sé que te sacará lágrimas. Todos tenemos una historia de porque amar a
Dios de manera especial.
Lucas 7:47
Por esto te digo: si
ella ha amado mucho, es que sus muchos pecados le han sido perdonados. Pero a
quien poco se le perdona, poco ama.
Aún no sé cómo Dios pudo perdonarme. Es que no logro
entender su misericordia. Pero se la agradezco cada día. Podría darles tantas
excusas, para mi todas validas en aquel momento. Fue horrible, lo hice muy consciente
de que lo que hacía estaba muy mal. Tenía tanto miedo, más que al dolor físico al
dolor emocional, sabía que era algo que iba a lamentar toda mi vida. Pero no tenía
otra opción. O sí? Es que era demasiado complicado,
tanto que ni voy a explicar.
Hace más de 10 años entré a una clínica
de aborto. Si, lo hice, aborté a mi bebé y no sabes cuánto me arrepiento. Me
pasaba llorando, no podía vivir con esa carga era tan infeliz. Pensaba que jamás
iba a ser feliz, que si algún día quería tener hijos Dios no lo iba a permitir.
Que merecía todo lo malo que me pasaba. Me sentía tan mala que no me atrevía ni
pedir perdón a Dios. Para ese tiempo comenzaba
a visitar una iglesia, pero deje de ir por qué no me sentía digna.
Realmente no tenía una relación con Dios.
No se cómo pasó, pero un día le pedí
perdón a Dios, empecé a tener una relación con él, a orar a hablarle. Le pedí
una iglesia donde pudiera congregarme y comencé a buscarla hasta que por fin la
encontré. Me comencé a sentir feliz. Pero siempre venia ese recuerdo a mi
mente.
Un día después de varios años de
servirle a Dios. Estaba orando y sentía que tenía una buena conversación con
Dios. Cuando de repente le recordé mi pecado me empecé a sentir triste y le volví
a pedir perdón, silencio…. Sentí silencio de parte de Dios. Que paso? Le pregunte
entre lágrimas y me contestó, “De que me hablas hija mía? Eso ya yo lo olvidé, te
perdoné hace mucho.” Necesitaba esa liberación para poder continuar trabajando
y ayudando a otros.
Tiempo después conocí a mi
verdadero amor, nos casamos, le servimos a Dios juntos y sé que Dios tiene
grandes cosas para nosotros.
No sé cuál es tu pecado, pero
Dios perdona y restaura. El diablo quiere que te quedes llorando y recordando
tu error, Dios quiere perdonarte, amarte, usarte.