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miércoles, 11 de febrero de 2015

NO TENGO ORO NI PLATA , PERO LO QUE TENGO TE DOY


No sé si a ti te también te pasa,esas veces que queremos ayudar a alguien pero en nuestras manos no está la solución. A veces me encuentro diciendo, ay si tuviera dinero la ayudara, si tuviera otro carro se lo prestara, si estuviera cerca, si pudiera,si tuviera……

Esta mañana mientras hacia mi devocional leía Hechos 3 y se me quedó en mi mente este versículo, Hechos 3: 6 —No tengo plata ni oro —declaró Pedro—, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!

Pedro iba de lo más feliz y contento caminando con su amigo Juan  para el templo. De repente miran a un mendigo lisiado. Pedro no tenía dinero estaba como decimos los boricuas “pelao”.

Estoy casi segura que otras veces ya Pedro le había dado dinero, la palabra dice que a este hombre que no podía caminar lo llevaban a la puerta del templo todos los días para que pidiera limosna.

Esta vez no tenía nada que darle? Oh si tenía y algo mucho mejor. Tenía el poder y la autoridad de Jehová. Si no has leído la historia te invito que lo hagas y te enteres que paso con el hombre.
A veces no podemos ayudar físicamente como quisiéramos y se nos olvida que tenemos la autoridad para ayudar  a la persona de una manera más poderosa y perfecta.

Físicamente quizás no podamos darle dinero a esa persona necesitada pero quizás podamos llevarle una comprita, quizás no tenemos un carro para prestar pero si podemos ofrecernos para buscar o llevar a la persona.

No podemos resolver su enfermedad o situación pero con autoridad si podemos orar, ayunar y declarar sobre esa persona.

 No podemos dar lo que no tenemos pero si podemos dar lo que tenemos. Procuremos estar llenos del  Espíritu Santo para que con autoridad podamos decir ¡levántate y anda!

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