Todos hemos pasado por algún desierto. Diferentes desiertos,
diferentes tamaños y diferentes ´´estadías´´ en él. Jesús bien lo dijo, en este
mundo afrontaremos aflicciones. Alguna enfermedad, muerte de un ser amado, divorcio,
un accidente, pérdida de empleo, problemas en tu ministerio, problemas
financieros, o hasta esos cantazos en el dedo pequeño del pie.
Y cuánto durará esto? Nos preguntamos.
Lo primero que tienes que saber es que el desierto no es el
destino final, solo es una travesía que tienes que pasar, pero es muy necesaria
para poder llegar a ´´la tierra prometida´´. Ósea a tu bendición.
También debes saber que depende mucho nuestra actitud. La
semana pasada leí el libro de Nick Vujicic, Una vida sin límites. Nick nació
sin brazos ni piernas. Imagínate como se sintieron sus padres al darse cuenta
que su bebé no era como ellos esperaban. Nick cuenta que incluso de momento
pensaron en darlo en adopción, pensaban que no iban a poder con ese reto tan
fuerte. Pero ellos (llenos de fe) decidieron luchar, ser sumamente positivos. Se
dispusieron a caminar en este desierto con una actitud de valientes. Y gracias
a Dios y a la actitud de sus padres Nick ha sido una bendición para muchos. Esta
familia tenía una razón enorme para estar quejándose y llorando, te aseguro que
si esa hubiera sido su actitud aun estuvieran llorando y dando vueltas en el
desierto.
Por ultimo no podemos pretender que haciendo las cosas mal
todo nos vaya bien. Alguien me comentó el otro día ‘’wao tus hijas son nenas
tan buenas, aman a Dios y aman servir en la iglesia como lo lograste? (Dahh
como diría mi hija más pequeña). Como lo logré? Pues sembrando en sus vidas con
mucho ejemplo y sacrificio. Si nunca las hubiera llevado a la iglesia no iba a
ver ese fruto en ellas. Si nunca nos hubieran visto a su papá y a mi orando o
trabajando hasta tarde en la casa de Dios pues ellas nunca lo hubieran aprendido.
Si llevas una vida dandole la espalda a Dios tu desierto no tendrá fin. Pero
la buena noticia es que Dios te ama tanto que está dispuesto a darte la oportunidad que te acerques a Él. Pruébalo, entrégale tu vida a Jehová, congrégate y
vive para Él, te aseguro que tus desiertos los verás de otra manera cuando
caminas acompañado de su presencia.
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