Un hombre
siempre hacía la misma oración todos los días. Un día se aburrió de tener que
hablar lo mismo, escribió su oración y la pegó en la pared de su cuarto. Cada día
la apuntaba con su dedo y decía bueno Dios ya sabes lo que dice ahí y seguía su
día. Jajaja Parece chistoso pero creo que todos tenemos unos momentitos donde
nos cansamos de pedir lo mismo. Pero nuestra oración no tiene por qué ser monótona,
nuestro Dios es creativo y si Él no se cansa de escucharme porque yo me tengo
que cansar de hablarle?
Realmente a mí
me toca la parte fácil. Yo solo hago lo posible, El hace lo imposible!
Leí sobre una
encuesta que decía que de cada diez cristianos solo uno pasa por lo menos 10
minutos de oración diariamente. Qué triste!! El otro día escuché una conversación
(si, fui una metiche pero estaban cerca de mí y hablaban fuerte J) de una mujer que le decía a otra que
semanal iba con un terapeuta y le contaba todos sus problemas, y de cómo ya
llevaba años en lo mismo sin ver ningún cambio.
Waooo y no se cansaba de pagarle miles a esa persona
que realmente no puede solucionar su problema. Sin embargo se nos hace difícil ir
donde nuestro Padre Celestial que es el dueño de todo, el que no se cansa de escucharnos,
el que no nos pide nada a cambio, el que sana nuestro dolor y enfermedad,
nuestro mejor proveedor.
Tienes un enfermedad
terminal? Ve a Dios. Estas tan mal económicamente
que no tienes ni para comprarte una goma de mascar? Ve a Dios. No sabes si
decirle que si a ese empleo? Ve a Dios. Tienes duda si ese es el hombre o mujer
que Dios tiene para ti? Ve a Dios. Tienes prisa y no encuentras
estacionamiento? Ve a Dios. Estas feliz
y quieres gritar de agradecimiento? Ve a Dios. Tus hijos sacan malas calificaciones?
Ve a Dios. La lista es interminable.
Quien mejor para
darme un consejo que alguien que me ama como nadie me ha amado y me conoce mejor
que yo?
No significa
que nunca le vas a contar tus situaciones a nadie. Dios coloca personas a nuestro
lado para que podamos contar con ellas y nos animen en momentos de tristeza y
se alegren con nosotros en momentos de alegría. De igual manera nosotros
debemos aprender a inspirar y animar a otros. Alegrarnos cada vez que vemos
como Dios trabaja en la vida de los que nos rodean. Pero que la primera persona
que acudas sea a Él y te aseguro que Él
hará.
Salmos 139: 1-4
Salmos 139: 1-4
Señor, tú me examinas,
tú me conoces.
Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto;
aun en la distancia me lees el pensamiento.
Mis trajines y descansos los conoces;
todos mis caminos te son familiares.
No me llega la palabra a mi boca
cuando tú, Señor, ya la conoces.
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