Una persona
me comentó que no podía acercarse a Dios porque era muy pecador me dijo “es que
tú no sabes todas las cosas malas que he hecho”. He escuchado personas decirme “no estoy
preparado para bautizarme” o cuando arregle mi situación voy a la iglesia.
Imagínate que estas enfermo, bien pero bien enfermo, algo como
de esos virus que no sales del baño, que si no corres para el, ya sabes lo que
te puede pasar. Estás con mucha fiebre,
con mucho dolor. Pero no vas a ir al médico no, no, es que no puedes ir al médico,
estas muy enfermo para que él te vea así, cuando te mejores entonces podrás ir.
Que ridículo verdad? Esa es la contestación que tenemos que darnos cada vez que
nos sentimos “muy malos” para acercarnos a Dios.
Me acuerdo el día de mi bautismo, todo me salió
mal esa mañana, pensé no ir, realmente no
estaba preparada, no tenía quien cuidara a mis hijas (en ese tiempo bebés)
mientras entraba a las aguas, no
encontraba que ropa ponerme, el tema ese día en la iglesia era sobre el
matrimonio y yo estaba divorciada, una persona muy cercana a mi llegó esa mañana
a casa y me dijo “en verdad no creo que debas bautizarte tu no estas preparada”.
Le doy
tantas y tantas gracias a Dios porque ese día aun con mis errores y pecados me
dio la oportunidad de vivir esa experiencia que cambió mi vida y la de mi generación.
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