Hábitos para mejorar nuestra vida de oración

Al principio de mi relación con Dios no sabía cómo orar. Pensaba que tenía que orar de alguna manera específica y me daba terror que algún día me enviaran a orar en público. Cada vez que pensaba que alguien me iba a dar la oportunidad de dirigir una oración me levantaba para ir al baño o inventaba alguna excusa para salir de la habitación jaja. Lo sé, eso estaba mal pero no me digas que nunca lo hiciste, o al menos lo pensaste.

Un día mi Pastora me dijo, orar es hablar con Dios, practícalo háblale y te sentirás más cómoda.

Poco a poco fui aprendiendo y mis temores se fueron, y he podido experimentar el poder de la oración. Es sencillo hablar ósea es sencillo orar pero realmente la oración exige disciplina. Que el Creador de todo lo que ves y escuchas, el dueño de todo, el Rey de Reyes, quiera pasar tiempo contigo, hablar contigo y escucharte uf eso me llena de gozo.

Pero aun cuando sé que orar me llena de paz, que es un privilegio y una gran bendición, necesito hacerlo con disciplina. Lo que quiero decir es que  las oraciones de las comidas y la del “Gracias Dios por este día” que hago tan pronto abro los ojos  en las mañanas y una que otra como “ay Padre que consiga estacionamiento cerca”  O “MI Dios que la compra que voy hacer usando cupones me salga bien” que hago cada vez que voy a “cuponear “jaja, para esas obviamente no necesito disciplinas.

A mí me ayudan estos tips y como recordatorio para mí y pensando que de igual manera les puede servir a otros quiero compartirlos.

1.      Tener una libreta o cuaderno de oraciones. Tengo una amiga que cuando me pide oración por alguna petición me dice “anótala en tu libreta”, ella ya me conoce y sabe de mi libreta. Es que soy olvidadiza y cuando quiero orar por alguien lo tengo que anotar. Practícalo, anotar nuestras peticiones y las de otras personas es un excelente hábito. Claro, recuerda orar por ellas fielmente. Tengo muchas libretas ya llenas y cada cierto tiempo las leo y me maravillo de las cosas que hace Dios al ver tantas oraciones contestadas.

2.      Piensa que 10 minutos es mejor que nada. A veces estoy tan ocupada que pienso “Ay oro más tarde porque ahora solo puedo dedicarle a la oración par de minutos”, Eso está mal, muy mal de mi parte. La escritora Elizabeth George dice en uno de sus libros donde habla de la oración que  “algo es mejor que nada”.  Y en verdad quizás solo le dedique en ese momento par de minutos a la oración pero si sigo haciendo otras cosas no le dedico ni siquiera ese tiempo. Lo más seguro es que acabes sin hacer las otras cosas y pases más tiempo con Dios. Cuando estamos en su presencia todo lo demás puede esperar.

3.      Que tu día comience y termine con oración. Salmos 92:2 proclamar tu gran amor por la mañana, y tu fidelidad por la noche. Esta disciplina me encanta, que mejor que comenzar tu día y terminarlo que hablándole y agradeciéndole a Aquel que te permitió vivirlo.

4.      Usa la biblia. Cuando citamos versículos bíblicos en nuestras oraciones estamos usando palabras de poder.  Hebreos 4:12 La palabra de Dios es viva y poderosa.

5.      Ten amigos de oración. Cuando le digo a alguien oraré por ti en verdad me siento comprometida al hacerlo y el saber que alguien está orando por mí me llena de ánimo a seguir orando.

6.      Comienza!! Lo importante es comenzar, saca ese tiempo diario de intimidad con Dios. Oblígate! Yo muchas veces me he obligado a orar. Que persona mala- dirás- que se obliga a pasar tiempo con Dios. Pues lo he hecho, he comenzado obligándome y luego no quiero salir de su presencia. Es como esas veces que de niño (por no decir que aun pasa jaja) no querías bañarte y luego es tan rico que no quieres salir.

Como cristianos debemos tener nuestros hábitos de oración. Usas alguno de estos? Compárteme los tuyos.