He estado muy ocupada en estas últimas tres semanas mudándonos.
Cultura diferente, idioma diferente, vecinos diferentes, alimentación diferente,
personas a tu alrededor diferente. Hasta ir al supermercado se vuelve toda una
aventura.
Que difícil moverte de lo familiar a lo desconocido. Eso es
en lo físico, imagínate en lo espiritual uffff ahí si es toda una aventura. Para
esa “mudanza” espiritual no tienes que preocuparte por buscar casa, carro, por
cambios de direcciones, buscar plan médico para tu familia, encontrar un nuevo
empleo, desempacar maletas o cajas, sacar una nueva licencia de conducir,
aprender un nuevo idioma….. Para ese tipo de mudanza solo dices, heme aquí envíame
a mí.
Dios quiere llevarte a un domicilio espiritual nuevo, a un
lugar donde te cambiará y te ungirá capacitándote para realizar aquello que
para ti era imposible.
En esa nueva tierra todos reconocerán que su bendición esta
sobre ti. Así que no te detengas. Deja atrás lo imposible y corre hacia lo nuevo. Di si a lo nuevo que Dios tiene para ti, no,no corras a buscar un lugar lejos. De lo que hablo se trata de algo que está bien cerca de ti, es un nuevo domicilio espiritual que llega con tan solo decir; Señor transforma mi vida.