Hola a todos!! Aquí vamos de nuevo con otro poderoso testimonio. Disfrútalo
En el 2005 decidí terminar con una relación llena de golpes,
infidelidad y abusos. No era fácil cortar porque él hacia cualquier cosa
que se le ocurriera para que yo regresara con él, hasta llegar una vez más
a golpearme. La policía
intercedía y lo arrestaban. No era fácil terminar esta relación porque además ya había frutos en esta relación, mi niña de 6 años y mi niño de
3 y medio.
Por fin llegó el día que parecía que él se había resignado a
separarnos y llegamos al acuerdo que yo cuidaría de los niños toda la semana y
el el fin de semana porque yo trabajaba esos días. La condición era que el me llevaría a mis hijos por las mañanas
para yo bañarlos y cambiarlos. Así estuvimos un mes hasta que un sábado por la
mañana no llegaban y como madre sentí un doloroso presentimiento que me ahogaba,
después de buscarlos pasaron 4 horas llamé a la policía para hacer el
reporte y en ese momento el me llamo diciendo que si quería ver a los niños tenía
que regresar con él, pero yo no sabía dónde estaban, al buscar los papeles de
los niños para hacer el reporte me doy cuenta que él se había llevado actas,
seguros y hasta mis tarjeta de las cuentas de México.
No pude levantar denuncia porque teníamos custodia
compartida. Al mes me llama y se registra el número de teléfono de su mamá en México
y yo obviamente me entero que los saco del país, mi primera reacción fue que me iba a
buscarlos, pero entre todos los consejos recibí uno sabio que me dijo -Que vas
hacer al ir sin dinero, sin familia y sin autoridad que te apoyen? Te vas a ir
a poner en sus manos y con su esquizofrenia,
y si te mata?
Mi dolor era grande, profundo y me ahogaba pero pude
razonar. Al poco tiempo conocí personas que estaban involucrados en el negocio
de drogas y también gente que eran “coyotes
“ y en mi desesperación decidí
involucrarme en las dos cosas y ganar dinero e ir por mis hijos, obviamente el
ambiente me atrapó y empecé a usar drogas y a tomar. El trabajo consistía en
hacer viajes a Houston y a Arizona, en cada viaje corrí peligro, me pararon
policías cuando traía gente de Arizona,
cuando traía drogas de Houston,
pero Dios fue misericordioso no porque me apoyara lo que yo hacía, sino
porque Él ya tenía un propósito en mi vida.
Cuando tuve dinero comencé a mandarles a mis hijos de todo y
comencé a hacer tratos con su papá y le mandaba también a él para que me dejara
hablar con ellos. No suena lógico, pero me di cuenta que dándole dinero el cedía
en muchas cosas, tal vez hubiera sido más fácil irme por mis hijos pero no iba
ser fácil regresar porque yo era
indocumentada, así que tuve que tener paciencia. A los 9 meses mi hija me habló
un 24 de dic. Diciendo que se quería venir conmigo, inmediatamente hablé con él
y aceptó mandármela, al fin todavía le quedaba una mina de oro que
era el niño. A la semana mi hija estaba aquí, cuando la vi en el aeropuerto la
abracé tan fuerte que creo que ella no podía respirar, no lo podía creer mi niña estaba entre mis
brazos.
Entonces Dios me
ayudó a dejar de consumir drogas y digo Dios porque con mis fuerzas no hubiera podido.
Seguí trabajando en lo mismo pero ya no tan involucrada, por temporadas me
retiraba y trabaja hasta en la construcción pero no suplía todo y tenía que
regresar a lo mismo, además ya era como necesidad estar en ese ambiente no por
necesidad de drogas porque yo ya no las usaba sino por la adrenalina y además
todavía me faltaba uno por traerme y tenía que seguir mandando dinero para
poder hablar con mi niño.
Tuvieron que pasar 2 años y medio cuando una tarde me habla
la mujer con la que el papá de mis hijos vivía para decirme que ellos se había
separado y que él le había dejado el niño a ella. Ella se lo quería quedar si
yo le seguía mandando dinero. Gracias a Dios la pude convencer de que me lo
diera y al siguiente día mi hermano salió de Guanajuato a México para recoger
al niño.
Casi un año antes de esta llamada yo comencé un noviazgo y a
los cinco meses quedé embarazada, cuando mi hermano me dice que ya tiene a mi
hijo yo le dije que me lo llevara a la frontera fui a hasta la frontera con
siete meses de embarazo manejando con una amiga, yo la esperé de este lado en
un hotel y ella salió por mi hijo, no pasaron ni dos horas cuando tocaron la
puerta del cuarto, abrí y era mi hijo sentí una alegría inmensa y una tristeza
enorme porque cuando me vio dijo; Donde está mi mamá? Él no me reconocía había pasado tiempo y él
era muy chiquito, lo abrace y sentí sus bracitos con los que había soñado
tantas veces que me abrazaban, le dije que yo era su mamá y rápido me abrazó y
sonrió tiernamente.
Mi corazón estaba completo ahora estaban mis dos hijos conmigo
y tenía una bendición más en mi vientre, el noviazgo no funcionó y ahora estaba
solo con tres niños, (buen pretexto para seguir en lo mismo). Un año después de
que nació mi bebé mi hermana me habló de Dios. Yo creí que estaba loca y que
ocupaba un manicomio pero me dio tentación y conseguí una biblia me encerré en
mi cuarto y comencé a leer y descubrí lo que siente un sediento en el desierto
cuando descubre un manantial, comencé a tener experiencias maravillosas con
Dios todos los días.
Sin darme cuenta dejé de tomar, renuncie al trabajo fatal
ese, y no fue fácil, la pase difícil vendiendo tamales y comida en las
construcciones pero Dios siempre proveyó. También deje de decir malas palabras
ya no se me antojaba ir a los bailes prefería quedarme a disfrutar de la presencia
de Dios. Comencé a congregarme y después de tres años conocí un hombre de Dios y
conocí el verdadero amor puro y limpio, nos casamos. Ahora hay un nuevo bebé y
ya son cuatro en total! Dios nos ha llevado a una iglesia maravillosa mis hijos
grandes ahora de 16 y 13 le sirven al señor con pasión sus heridas se han
sanado, mi esposo y yo le servimos al Señor también con mucha gratitud. Que no haría yo por mi Señor si Él ha hecho
tanto por mí, me protegió de todo el peligro que corría y todo era con un
propósito. Te amo Dios!
- Isabel Escobar
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