Como esposa de un siervo de Dios ha habido ocasiones donde he
tenido que ayudarlo en alguna misión que Dios le ha dado directamente a él y no
a mí. La mayoría de las veces Dios me habla o me gusta decir me va preparando
antes y cuando mi esposo me dice cuál ha sido el plan de Dios yo me siento cómoda
porque ya Dios me habló también.
Pero ha habido ocasiones donde Dios le dá la instrucción
solo a él y cuando él me consulta depende de mí como tomar la situación. Podría
quejarme y cuestionarle o puedo apoyarlo y trabajar con él.
Bien tempranito esta mañana estaba leyendo sobre Noé. Y quién no conoce la famosa historia de Noé?
Del Arca de Noé. Dios le habló específicamente a Noé pero su esposa también tuvo
que estar envuelta en el asunto. Y no fue fácil. Te imaginas viviendo por meses
en una “casa” llena de animales? Que olor debía tener! Y el ruido! Es con dos
o tres niños y necesitamos silencio de vez en cuando, imagínate como estaba esa mujer!! Pero Dios tenia un plan y esta esposa tuvo la bendición de ser parte de el.
A veces al igual que la esposa de Noé necesitamos ayudar a
nuestros esposos, padres, líderes. Y aunque no sea nuestra misión en específico , depende de nuestra actitud si vamos
terminar recibiendo bendición. No nos quejemos ni cuestionemos, Si Dios habló obedezcamos
y seamos esa ayuda idónea.
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