Escuché la
historia de un Pastor que se mudó para Rusia con su familia obedeciendo la voz
de Dios. Tenía que abrir una iglesia en un área muy peligrosa.
En cuanto se enteraron las personas de allí cual era las intenciones de este Pastor
comenzaron amenazarlo a él y a su familia. El Pastor estableció la iglesia a
pesar de las amenazas, las personas comenzaron asistir, pero al poco tiempo uno
de sus hijos fue asesinado. El Pastor devastado oró y sintió como Dios le hablaba
que permaneciera en ese lugar. Continuaron él y su familia trabajando con más pasión
aún en medio de tanta tristeza. Tres meses después se le acercó un hombre y le
preguntó,
“Le gustaría saber quién mató a su hijo?”
“No”, dijo el
Pastor. El hombre le preguntó “Seguro? Que tal si ese hombre le pide perdón?”
“Ya lo perdoné”,
dijo el Pastor.
“Yo le
disparé y quiero unirme a su iglesia”
En las siguientes
semanas se unieron tantos miembros de la mafia rusa a la iglesia de este Pastor
que la criminalidad en este lugar casi desapareció.
Así es el
poder del perdón!!!
Y pensar que a
veces yo no quiero perdonar a la mesera que me trajo mal el plato que le pedí.
Cuando
perdonamos pasan cosas maravillosas. Sabias que Dios nos perdona porque nos ama
verdad? Pero mira esto
Isaias 43:25
Yo soy el que por amor a mí mismo
borra tus transgresiones
y no se acuerda más de tus pecados.
Por amor a mí
mismo, que gran enseñanza!
Tenemos que perdonar para librarnos del peso
del enojo, yo me caigo bien, me amo y decido perdonar y ahí Dios se manifiesta
y pasan cosas maravillosas. Y que cuando perdonamos a los demás pero no nos
perdonamos nosotros mismos? Si Dios no se acuerda de mi pecado quien soy yo par
estar recordándomelo cada hora?
Todos hemos cometido errores, hemos pecado,
hemos tratado mal alguien o hemos juzgado equivocadamente. La clave está en
confesar nuestro pecado, pedir perdón y perdonarnos nosotros mismos. Sigue
hacia adelante, Dios se glorifica en todo!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario