DON’T SPEAK SPANISH?

lunes, 28 de septiembre de 2015

OLVIDADA

Cuando tenía cuatro años mi familia me dejó olvidada en una pizzería. Quise empezar el tema de hoy media dramática jaja realmente  se escucha más feo de lo que realmente fue. Estábamos en un compartir familiar, todos comiendo, adultos hablando, niños jugando. Yo  habla que te habla con una niñita de la otra mesa. La niña me invita a caminar para el otro lado del comedor donde había juegos, Cuando regreso a la mesa de mis papás no encontré a nadie, la mesa estaba vacía!!

Me acuerdo claramente con toda la tranquilad del mundo pararme de puntitas y preguntarle al hombre detrás del mostrador donde estaban mis papás. Él me contestó -No sé. Oh, oh- pensé- bueno tendré que caminar  para casa (mi casa quedaba a una hora en carro) Cuando abrí la puerta ya estaba oscuro, pensé ok mi mamá me dice que no debo temer a la oscuridad, me debo cuidar de no hablar con extraños, y debo tener cuidado  si veo un perro pero bueno-pensé- si voy muy muy rápido no me podrá alcanzar. De repente me dio miedo pero pensé no me queda salida o me quedo aquí sin mi familia o corro y llego hacia ellos  y empecé a correr en dirección a mi casa (no entiendo como a esa edad podía tener tan buen sentido de la dirección y ahora no puedo vivir sin un gps).

Con que seguridad corrí ese dia!! Recuerdo tener miedo de ir en la oscuridad y encontarme con un perro, pero mi miedo de no ver a mi familia era más fuerte. El deseo de ver a mi familia y no quedarme en ese lugar me hizo correr. En mi mente de niña pensaba que si no corría hacia mi casa no iba volver a ver a mi familia y me quedaría para siempre en esa pizzería, (el sueño de todo niño).

Realmente no llegué a correr casi nada. Mis padres se dieron cuenta súper rápido que no estaba con ellos (mi mamá pensaba que mi papá me tenía, y mi papá que mi mamá me tenía y en medio de mis otros hermanos y primos realmente nadie me tenía jaja). No recuerdo nada más de esa noche solo llegar a los brazos de mis papás. Mi mamá estuvo toda la noche agradenciendole a Dios que no le hubiera pasado nada a su hija favorita jajaja. 

Que bueno saber que con Jehová nunca somos olvidados.
Muchas veces he tenido miedo de dar un estudio, de hacer una danza, de hacer misiones con mis hijas desde que eran pequeñitas arriesgándolas a enfermedades y otras cosas. He tenido miedo de darle una palabra a alguien y equivocarme, de sembrar en la persona equivocada, de decir que si puedo hacer algo cuando no soy capaz, de dar un mal consejo, en fin miedos y más miedos. Pero mi deseo de servir a Dios y agradarle es más fuerte que mi temor.

 El saber que el abrazo de aquel día de mi padres terrenales y la seguridad que me dieron sus brazos no se compara con los brazos de mi Padre Celestial me hace correr con seguridad apesar de los miedos.

No sé a qué le temes pero consigue un objetivo mayor y sal corriendo hacia él.
Romanos 8:30 Sólo nos queda decir que, si Dios está de nuestra parte, nadie podrá estar en contra de nosotros.




No hay comentarios:

Publicar un comentario