JUEVES DE TESTIMONIO - SEMANA 3

Muy contenta de que sea ya jueves y podamos leer otro testimonio. Elizabeth, mejor conocida como Chavela ha sido de inspiración a mi vida muchas veces. Con este testimonio nos enseña como Dios consiente a sus hijos de una manera muy especial. No dudes pedir con fe aun en las situaciones mas "pequeñas".

"Cuando pienso en las muchas veces que Dios ha obrado en mi vida, hay un testimonio que siempre recuerdo; Un domingo cuando íbamos de regreso a casa le digo a mi esposo, cuando llegue a casa quisiera comerme un pollo asado y viandas. El y los nenes comenzaron a reír y dicen Ay, si! Dios te lo va a enviar! Inmediatamente les digo, pues si, claro que El me lo puede enviar cuando  llegue a casa voy a encontrar el pollo y la vianda. Ellos siguieron riéndose.

 Cuando llegamos a casa  abro la puerta del carro y mi suegra me dice sube para que vengas a buscar un pollo y una vianda. No pude evitar reír y decirle a mi esposo y a mis hijos; rían ahora, jaja; imagino a Dios sonriendo e igual que yo diciendo “rían ahora” jajaja.

  Este puede ser un testimonio simple a los ojos de muchos, pero para mí es uno de los que atesoro en mi corazón, dado que me muestra el gran amor de Dios para consentir a sus hijos. Es un testimonio que me llevó a saber que Dios no tiene límites, que para El no hay diferencia entre responder una petición “pequeña” o una petición “grande”.

Antes solía pensar: Pedir eso a Dios, no, eso no se le pide a Dios, pero ahora sé que no importa cuales sean las cosas que desee puedo pedirlas a Dios, no importa si son físicas, materiales o espirituales. Simplemente pido sabiendo que Dios va a responder y me va a sorprender.  Es Dios quien decide si está en su perfecta voluntad o no el concederme lo que le pido, yo solo espero la respuesta.  Así que aprovecha y pídele a Dios sin importar que sea material, físico o espiritual."

                                                                                            Chavela (Elizabeth Velez)

Mateo 7;:7-8  »Pidan a Dios, y él les dará. Hablen con Dios, y encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y él los atenderá. Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama, es atendido.