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jueves, 30 de abril de 2015

JUEVES DE TESTIMONIO (SEMANA 5)

Hola! Hoy es una mañana hermosa en Carolina Del Norte, perfecta para leer un jueves de testimonio y agradecerle a Dios por su misericordia. Un poderoso testimonio que sé que te sacará  lágrimas. Todos tenemos una historia de porque amar a Dios de manera especial.



Lucas 7:47
Por esto te digo: si ella ha amado mucho, es que sus muchos pecados le han sido perdonados. Pero a quien poco se le perdona, poco ama.

Aún no sé cómo Dios pudo perdonarme. Es que no logro entender su misericordia. Pero se la agradezco cada día. Podría darles tantas excusas, para mi todas validas en aquel momento. Fue horrible, lo hice muy consciente de que lo que hacía estaba muy mal. Tenía tanto miedo, más que al dolor físico al dolor emocional, sabía que era algo que iba a lamentar toda mi vida. Pero no tenía otra opción. O sí?  Es que era demasiado complicado, tanto que ni voy a explicar.

Hace más de 10 años entré a una clínica de aborto. Si, lo hice, aborté a mi bebé y no sabes cuánto me arrepiento. Me pasaba llorando, no podía vivir con esa carga era tan infeliz. Pensaba que jamás iba a ser feliz, que si algún día quería tener hijos Dios no lo iba a permitir. Que merecía todo lo malo que me pasaba. Me sentía tan mala que no me atrevía ni pedir perdón a Dios. Para ese tiempo comenzaba  a visitar una iglesia, pero deje de ir por qué no me sentía digna. Realmente no tenía una relación con Dios.

No se cómo pasó, pero un día le pedí perdón a Dios, empecé a tener una relación con él, a orar a hablarle. Le pedí una iglesia donde pudiera congregarme y comencé a buscarla hasta que por fin la encontré. Me comencé a sentir feliz. Pero siempre venia ese recuerdo a mi mente.

Un día después de varios años de servirle a Dios. Estaba orando y sentía que tenía una buena conversación con Dios. Cuando de repente le recordé mi pecado me empecé a sentir triste y le volví a pedir perdón, silencio…. Sentí silencio de parte de Dios. Que paso? Le pregunte entre lágrimas y me contestó, “De que me hablas hija mía? Eso ya yo lo olvidé, te perdoné hace mucho.” Necesitaba esa liberación para poder continuar trabajando y ayudando a otros.

Tiempo después conocí a mi verdadero amor, nos casamos, le servimos a Dios juntos y sé que Dios tiene grandes cosas para nosotros.

No sé cuál es tu pecado, pero Dios perdona y restaura. El diablo quiere que te quedes llorando y recordando tu error, Dios quiere perdonarte, amarte, usarte.  

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